Somos esclavos de aquello que quita nuestra atención del camino hacia la paz interior.
La familia, el trabajo, los deberes diarios y ocupaciones cotidianas, TODO es importante, pero, si hacemos más énfasis en ellos más que en ser conscientes de nuestra dimensión espiritual, estamos desperdiciando nuestra vida.
No necesitas encerrarte en un monasterio a meditar, solo tienes que recordar cada segundo que eres parte del plan divino y que no estás separado ni solo, eres parte de todo el universo.
En el camino espiritual quitar la atención de nuestro Ser, es el equivalente de cerrar los ojos frente al volante de un vehículo a alta velocidad.
El resultado de distraerse es vivir una vida absurda e infeliz y morir sin haber entendido la razón de haber nacido.
Absolutamente nadie nació para ser esclavo.
¿Cuál es el sentido de arrastrarse si se puede volar?
La vida es hoy, aquí y ahora.
AMAR - SERVIR - MEDITAR
El ser esclavo es por nuestros miedo, por lo que traemos de generación en generación, liberarse es lo mejor que podemos hacer por nuestro sentir y vivir, gracias.
La vida es un aprendisaje, es hermosa aun con los contratiempo que nos podamos encontrar
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