Hace unos quince años atrás estudiaba meditación con unos monjes y en un retiro quede profundamente impactado, una de las maestras narró la historia de su hijo adolescente que durante un robo fue asesinado, sentí que me habían sacudido.
No solo me impacto el hecho de escuchar a una madre hablar de algo tan terriblemente doloroso como perder de forma violenta a un hijo, sino lo extraño de ver la paz que había en su cara mientras contaba lo sucedido.
Lo que me dejo sin palabras fue el final de la historia, el joven que había terminado con la vida de su amado hijo, fue detenido por las autoridades, enjuiciado y encarcelado.
La maestra fue a la cárcel a visitar al asesino y mirándolo a los ojos le contó sobre el dolor que había sentido y la tragedia vivida en su familia, pero a pesar de eso, ella le dijo: TE PERDONO por haberme quitado lo que más he amado en el mundo; dándole un abrazo cerró el episodio más triste de toda su vida.
Esta ha sido una de las vivencias más significativas de mi vida, me mostró que si es posible perdonar a pesar de una experiencia tan cruel y dolorosa.
Siendo estudiante de psicología, en ese momento me sentí atraído y cautivado por la relación entre el perdón y la meditación.
Esta maestra NO me enseñó cómo meditar y olvidar todo, ni cómo relajarme, tampoco a poner la mente en blanco o controlar las emociones negativas, esa no fue la formula, a pesar de ser lo más común que vivimos al comenzar la práctica meditativa.
Ella realmente me mostró la clave más importante para iniciar el camino hacia el perdón: LA EMPATIA (ponernos en el lugar del otro).
El florecimiento de la compasión y la capacidad de empatizar son unos de los tesoros que guardan las técnicas de meditación.
Ponernos en el lugar de quien nos ha dañado u ofendido nos ayuda a entender que esa persona tiene también una historia donde quizás pudo haber existido abuso, violencia, humillación, abandono, traición, injusticia o rechazo.
Quien fue víctima y no soltó ese dolor, puede terminar siendo victimario, allí esta una de las razones que nos invitan al perdón, la necesidad de romper el ciclo toxico de la victimización.
Ser empáticos no es justificar el daño recibido, es comprender las razones detrás de lo que nos hirió, esto nos ayuda a soltar el lazo doloroso que nos mantiene atados a esa persona.
Perdonar nos ayuda a quitarle el poder al agresor sobre nosotros, libera, quita el deseo de venganza y nos permite poder recordar nuestra vida desde la sabiduría interior y no desde el dolor y el sufrimiento.
Parece algo místico o religioso lo que la meditación nos regala, pero el proceso tiene una base científica y radica en la posibilidad de balancear el trabajo de nuestros hemisferios cerebrales y estabilizar la las ondas producidos por estos.
La neurociencia ha descubierto que es posible mediante la meditación, hacer nuevas conexiones neuronales y eliminar la carga dolorosa del pasado sin necesidad de bloquear nuestros recuerdos.
Si quieres conocer como la meditación puede llevarte a tener una vida plena, feliz, equilibrada, libre de resentimientos y de las pesadas cargas del pasado, te invito este domingo 05 de septiembre de 2021 a un evento en vivo donde estaremos hablando de la meditación y enseñando las técnicas ancestrales de esta hermosa practica de vida.
Que tengas una feliz y bendecida semana, nos vemos el domingo. ❤️
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Buenos dias, creo q. En cada perdón se cierra un capitulo y q. Nada se olvida pero se aprende a vivir con eso sin traerlo al presente otra vez.
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